Tuesday, December 2, 2008

Oficio

Te rompes cuando escribes, te arrojas sangre a los ojos, eres el veneno que te vence, la calumnia que te asfixia. Caminas por la cuerda floja con los ojos demasiado abiertos. Vas describiendo suicidamente y vas dejando partes de ti en el proceso. Eres un espejo deforme. Este es tu lugar, tu espacio, de esto vas acordándote con la clara intención de no quedarte totalmente solo.

2 comments:

David Lago González said...

Pero te quedarás solo: es el precio por la (osada) inevitabilidad de caminar con los ojos demasiado abiertos.

Ernesto G. said...

A futile attempt to slow down what's inevitable. Tienes razón, David.